Cualidades de un buen líder

El éxito de un proyecto empresarial depende, en gran medida, de contar con buenos líderes en los cargos de mayor responsabilidad de su equipo humano.

Encontrar un buen líder y saber identificarlo no son tareas fáciles, precisamente porque las personas mejor cualificadas para ello no tienen por qué mostrar de cara al exterior dicha capacidad de forma ostensible o patente. Los mejores líderes no necesitan demostrar que lo son.

La primera cualidad de un buen líder reside en la asunción decidida y firme de una cultura sana y abierta basada en la relativización de todo lo que pueda ser sometido a juicio o valoración. Confiar en verdades o valores absolutos conlleva inevitablemente una cuota segura de fracasos que, en el mejor de los casos, no compensan el número de aciertos.

La configuración de un equipo alrededor de un líder ha de basarse, según las corrientes de mayor calado y sobre todo según la inteligencia emocional, en criterios de diversidad para la unidad. Esto que a primera vista parece una contradicción no viene sino a expresar la necesidad de un equipo formado por personalidades heterogéneas con capacidad de establecer cesiones en aras al bien del grupo. El líder, en este sentido, debe ser capaz de aunar talentos individuales de naturaleza diversa para que añadan valor al resultado común.

Otro de los valores que caracterizan al buen líder es la gestión responsable del tiempo, así como su optimización desde el punto de vista emocional. El tiempo durante el cual un componente del equipo trabaja en un ambiente razonablemente distendido y agradable o espoleado por incentivos de índole emocional, produce mayor grado de rentabilidad tanto a nivel individual, como del equipo y, en definitiva, de la empresa.

Otras cualidades como la capacidad de trascender a la rutina diaria o la visión estratégica, impulso motivador y empatía con el equipo son también valores que ayudan a determinar si nos encontramos o no ante un buen líder.