¿Por qué un coaching específico para mujeres?

Es una cuestión aceptada que existe una problemática específica de género y que se justifica por distintos factores. Uno de ellos es estadístico: las mujeres representan la mitad de la sociedad pero son menos de la mitad de la población activa, se encuentran en minoría flagrante en las cúpulas directivas de las empresas y de la administración públicai y reciben salarios inferiores a sus pares masculinosii. Desde el punto de vista cultural, las mujeres han sido educadas para responder a las necesidades de los demás y entrar en el molde de un estereotipo del que es difícil salir.

En este contexto, el coaching para la mujer se plantea en dos planos. El primero como un método de sobrepasar los obstáculos sociales y culturales y situarse en otro sistema de creencias y de hábitos que la alejen de los estereotipos, esto es, de los mensajes acerca de cuáles son sus responsabilidades de madre, esposa y subordinada, así como de la culpabilidad que crea no seguir al pie de la letra las consignas del mensaje y las expectativas sociales. El segundo plano es una continuación del primero y se trata de rentabilizar el distanciamiento del estereotipo por medio de un coaching que proporciona una ordenación y planificación de los objetivos de la vida profesional y personal, descubre el potencial creativo, sobrepasa el miedo al cambio y consolida el compromiso con la acción. En este sentido, el coaching es un proceso de aprendizaje dinámico que aborda cuestiones técnicas y psicológicas. Uno de los ámbitos de trabajo en el coaching personal para la mujer es la gestión del tiempo, la gestión de los conflictos, de las creencias y de los hábitos, la gestión del estrés y de las emociones.