El poder de la fábula y la sabiduría espiritual

Ernesto Marrero Ramírez: La magia de un fabulador espiritual

Este amigable paisano caraqueño se ha convertido en un muy leído escritor, cuyas obras llegan tanto al público adulto como a adolescentes y niños. Para ello, emplea dos recursos tan eficaces como ancestrales: el poder de la fábula y la sabiduría espiritual.

Carmelo Urso: Ernesto, haznos una pequeña semblanza de tus orígenes: dónde naciste y creciste, cómo fue y es tu entorno familiar, qué tipo de cosas te gustaba hacer en tu infancia y adolescencia, qué estudiaste, etc.

Quién es Ernesto Marrero Ramírez

Ernesto Marrero Ramírez: Ésta sería una respuesta un poco extensa pero trataré de sintetizar los puntos más importantes, sobre los que me haces referencia.

Nací en Caracas en la antigua clínica Bello Monte y crecí en Baruta, de allí partieron mis orígenes. Soy el menor de cinco hermanos y junto a mis padres se desarrolló mi infancia.

Recuerdo de mi niñez que me gustaba la investigación y que siempre quería escribir un libro. El primer intento fue cuando tenía como nueve años y comencé a investigar sobre los animales, seguramente porque mi papá era muy aficionado a esto y siempre compraba colecciones de libros sobre el mar, la fauna, la pesca, y ese tipo de cosas. Un día decidí escribir un libro sobre las características de los insectos, los disecaba y tomaba sus medidas, pero una noche se me botó formol en las manos y se resecaron mucho. Mi mamá se asustó tanto que me prohibió que prosiguiera con aquel trabajo. Un año más tarde inicié mis investigaciones como químico. Tenía un mini laboratorio que me habían regalado y el cual yo había reforzado con nuevos tubos de ensayo y ciertas sustancias. Pues decidí investigar algunas reacciones químicas y hacer un libro que contuviera los resultados de mis investigaciones. Todo iba marchando de maravilla hasta que un día combiné algunos ácidos y explotó el tubo de ensayo, el líquido cayó en mi ropa y la dañó, afortunadamente no me pasó nada pero mi mamá decidió quitarme el juego y escondérmelo. Bueno, ese fue mi segundo intento fallido de escribir un libro.

Al entrar a bachillerato abandoné esas aspiraciones, hasta que, después de graduarme se empezaron a reavivar esas ideas que estaban dormidas y, entonces, empecé a investigar sobre el área metafísica y paranormal. Me encerraba a leer en mi cuarto todos los libros que conseguía sobre este ámbito, a veces hasta tres días, salía solamente a comer y luego retornaba a mis investigaciones. Tenía un diario donde tomaba muchos apuntes que, en un futuro, iba a servir de semilla para mi oficio de escritor. En ese momento mi madre entró nuevamente en acción y trató de evitar que yo continuara con esta labor tan forzada, comentándome que podía volverme loco. A lo mejor porque había escuchado la historia de Cervantes sobre Don Quijote, quien quedó loco de tanto leer. Pero esta vez no pudo persuadirme porque, a partir de esa época, los libros empezaron a ser mis mejores amigos. A pesar de su falta de apoyo, en mis proyectos, a mi mamá le tengo que agradecer el amor que supo brindarme junto a mi padre y hermanos en un hogar digno. Aunque todavía, después de haberme abocado a escribir y de no vivir bajo el mismo techo, me sigue insistiendo en que no escriba mucho, que descanse y tome vitaminas, porque me puede hacer daño.

Luego entré en la Universidad a estudiar administración, no porque era la carrera de mi devoción sino porque conseguí cupo en la Universidad para estos estudios, aunque muchos de mis compañeros me decían que porque no había estudiado mejor psicología, ya que muchos venían a contarme sus problemas y a pedirme un consejo. Con el transcurrir de los años le tomé cariño a la profesión, en especial cuando me metí con los estudios de gerencia, el surgimiento de la calidad total y todas las corrientes que se derivaron de ésta, donde la filosofía oriental se mezclaba con el pensamiento gerencial. Pero en paralelo continuaba con mis estudios orientalistas, así me formé en el budismo y en el yoga tradicional de la India. Esta perspectiva me llevó a realizar una maestría en filosofía, la cual estoy culminando en los actuales momentos.

Carmelo Urso: ¿Cuándo comenzaste a tener inquietudes literarias? ¿Qué autores y lecturas te ayudaron a consolidar tu vocación de escritor?

Ernesto Marrero Ramírez: Como he venido comentando, mis inquietudes como escritor provienen de la infancia. No obstante, fue a partir de los 17 años que mi vida cambió. Algo me decía que había algo importante que tenía que hacer en la vida pero no sabía que era. Me sentía desubicado y con una inquietud muy grande, en sí, sabía que necesitaba reorientar mi vida pero no sabía hacia donde. En muchas oportunidades he dicho que en la niñez sabemos o tenemos una fuerte inclinación hacia lo que realmente nos gusta, pero nos falta madurar para empezar a hacerlo. Cuando llega la adolescencia lo vamos olvidando y en el momento de ser adultos, y estamos en capacidad de emprender nuestros proyectos, ya no sabemos que queremos.

Así me sucedió a mí y tuve que hurgar en mis recuerdos y retornar a la infancia. En ese instante me visualicé rodeado de libros y tratando siempre de escribir uno. Allí fue cuando me di cuenta de mi vocación, quería ser escritor, entonces comencé.

He leído muchos escritores, pero me cuesta decir que tengo alguno preferido, en mi caso trato de nutrirme de lo mejor que cada uno pueda transmitir.

Por su forma de escribir sencilla pero con un buen mensaje me gustó leer "Juan Salvador Gaviota" de Richard Bach y "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry.

Reconozco que el estilo de Tolkien con "El Señor de los Anillos" me atrapó mucho, pero consideraba que se le podía transmitir un mensaje más profundo a los jóvenes y, a la vez, mantener la emoción y el dinamismo de este tipo de literatura. Lo mismo me sucedió con Lewis en "Narnia" y con Stevenson en "La Isla del Tesoro".

Pero hay un libro que me ayudó mucho a proponerme el reto de ser escritor, aunque reconozco que pocos libros he leído de este autor. Se llama: "Mientras Escribo" de Stephen King. En ese libro, este famoso escritor, cuenta las penurias que tuvo que afrontar para hacer realidad sus sueños y, a la vez, nos explica ciertos tips que pueden ser aprovechados por las personas que quieren llegar a ser escritores.

Carmelo Urso: ¿En qué momento te hiciste consciente de tus inquietudes espirituales? ¿Qué doctrinas, credos o maestros te han ayudado en tu proceso de despertar espiritual?

Ernesto Marrero Ramírez: Desde pequeño me han acompañado las inquietudes espirituales pero, como lo comenté con anterioridad, a los 17 años sentí que debía cumplir una misión, que tenía algo importante que hacer en este mundo, me dí cuenta que la vida es temporal y por ende, era importante iniciar el camino. En algún momento llegué a leer una frase de Buda que decía: El buscador que inicia el camino resplandece sobre el mundo, y así dí los primeros pasos.

He estudiado muchas corrientes de pensamientos orientales y occidentales: metafísica, parasicología, yoga, budismo, hinduismo, confucionismo, taoísmo y a Krishnamurti, entre otros. También me he paseado por los pensamientos filosóficos de Grecia, la edad media, el modernismo y el post modernismo. Muchos han influido en mi forma de pensar entre ellos puedo citar: al maestro Jesús, Buda, Milarepa, Gandhi, Sócrates, Pitágoras, Platón, San Francisco de Asís, Shopenhauer, el Dalai Lama y muchos más que han dedicado su vida a exaltar la importancia del espíritu, que es eterno, sobre la vida material, que es pasajera.

Carmelo Urso: Hay escritores que jamás se transforman en buscadores espirituales; hay buscadores espirituales que nunca devienen escritores; en tu caso personal, ¿cómo fue el proceso de fusionar tu pasión literaria y tu búsqueda metafísica?

Ernesto Marrero Ramírez: Yo creo que el logro que he alcanzado en la vida parte de un proceso de autoconocimiento. He cambiado el mundo de los números y las finanzas por el de las letras y la conciencia. Mi vida ha estado abocada a esta búsqueda interior, como diría Jung, a encontrar el Self o el sí mismo. En mi caso, los libros y el mundo espiritual estaban juntos, esperándome, sólo los tomé de la mano y los saqué a pasear.

Carmelo Urso: Tus textos más conocidos son, sin duda, los dos volúmenes que constituyen "El Pececito que quería ser Humano"; ¿Cómo y cuándo los empezaste a gestar?; su tono de fábula, ¿es fruto espontáneo de la musa o es un deliberado ejercicio para facilitar la lectura?

Ernesto Marrero Ramírez: "El Pececito que quería ser Humano, nació de una manera espontánea y fue, por así decir, mi trampolín hacía el mundo de la literatura. En la segunda parte si quise plantearme un mundo donde el ser humano le daba más importancia a su evolución interna o espiritual, que a la material, por eso inventé el planeta Oxion, como una evolución de la Tierra. Considero que estos libros fueron una oportunidad que me brindó la vida para expresar un caudal de ideas que habitaban en mi interior y que quería, desesperadamente, darlas a conocer. Aunque ya había tratado de hacerlo con mis dos libros anteriores: "Cantos de Amor y Reflexión" (poemario) y "Una Luz en el Camino" (extractos de mis pensamientos), fue mediante la narrativa que tuve el alcance necesario para llegarle al público. Luego de estas publicaciones surgieron dos libros que se han ubicado dentro de los más vendidos: "La Leyenda del Sabio de la Montaña" y "Cuando Tenga Tiempo, Empiezo", mi libro más reciente.

En sí el estilo que más he trabajado son los cuentos fabulados porque, como lo mencioné con anterioridad, me centro mucho en dejar un mensaje universal y, con este género, he podido llegarle a los niños, a los jóvenes y a los adultos. Me parece que así el mensaje se hace más permeable hacia las diversas etapas de vida del género humano y, además, me gusta mucho.

No obstante, tengo dos proyectos que espero publicar en algún momento, que son: una novela y un tratado filosófico. Con estos estilos trataré de llegarle a un estrato un poco más complejo, que es el intelectual. No tanto por buscar algún tipo de reconocimiento, sino para que mis ideas sean escuchadas por la mayor parte de la sociedad.

Carmelo Urso: Se dice que la poesía no vende, no es comercial. No obstante, tu libro "Pasajes Secretos del Alma" ya marcha por su segunda edición; en él, abordas la poesía a través del verso rimado, cuestión considerada "pasada de moda" por ciertos escritores "cultos"; ¿qué te impulsa a escribir poesía?; ¿qué poetas consideras tus mayores influencias?; ¿te preocupa que la crítica te catalogue de "cursi" por hacer uso del ancestral arte de la rima?

Ernesto Marrero Ramírez: Con la poesía me he propuesto colaborar con el rescate de este género que, en lo últimos años, ha venido en decadencia, para llegar incluso a reducirse a un pequeño grupo de intelectuales.

Una vez escribí:

"La poesía es el canal que usa el poeta para poder expresar lo concebido por el espíritu, en pocas palabras es expresión interna y, para alcanzar este objetivo, hay que excavar en nuestras entrañas, y así aflorar un bello mundo donde la imaginación y la realidad se conjuguen para darle forma al verso y a la prosa".

Por lo tanto, pienso que los poetas deberíamos enfocar nuestras energías en abrir un canal que tenga llegada al mayor número de personas posibles, no encerrarnos en un peligroso juego de imágenes y metáforas que pueden terminar por rayar en la abstracción.

En unos de mis poemas de nombre: Un llamado a los poetas, escribí:

Pretendí buscar la belleza

de la poesía,

y la encontré disfrazada

de incoloras abstracciones.

Intenté llamar a los poetas

…a los buenos poetas.

Pero sus oídos estaban sordos

pero sus corazones estaban ciegos,

por epítetos, aliteraciones

imágenes y símiles confusos.

Dejando de transmitir verdaderos sentimientos,

para saciar la lógica de algunos intelectos…

Con intención, estos poemas como muchos otros, empiezan sin rima y luego proviene la rima, tratando así de combinar dos géneros que cambian de forma, pero en el fondo siguen siendo lo mismo: POESÍA.

Por eso en mis poemarios (Cantos de amor y reflexión y Pasajes secretos del alma) encontrarán poesía con rima, sin rima y combinada. Porque la estética nunca puede superar a la ética, por lo tanto, lo más importante es el mensaje, y éste puede expresarse de múltiples formas.

Una vez leí una expresión de Silvia Adela Kohan, en su libro: Cómo se escribe poesía, y en éste decía: —Escribir, siempre escribir, con rima o sin rima. Así lo hizo también el siempre recordado poeta Mario Benedetti. En su libro: Las soledades de Babel, podemos observar como escribía con rima y sin rima, no importa, lo importante era escribir y expresar lo que sentía.

Cabe resaltar que conozco a poetas que también están haciendo esta bella labor con la poesía e incluso a declamadores que rompen corazones con sus voces y expresiones.

Dentro de los poetas que más me han inspirado están: Calderón de la Barca, Gustavo Adolfo Becker, Pablo Neruda, Mario Benedetti y Robindranaz Tagore.

En cuando a lo que diga la crítica no me importa mucho, lo principal es lo que digan los lectores, porque ¿de qué vale ser alabado por la crítica y desdeñado por los lectores? ¿A dónde se quiere que llegue el mensaje? En mi caso, la poesía que escribo ha tocado el alma de muchas personas y en otras han cambiado hasta su forma de pensar... Ya con eso me basta.

Carmelo Urso: Se dice que a la juventud no le gusta la lectura; no obstante, es conocida la aceptación que tienen tus libros entre maestros y alumnos; ¿qué enseñanzas sacas del contacto cara a cara que sueles tener con los estudiantes en tus charlas?, y en este momento histórico, ¿qué impresión te causa el hecho de que la literatura espiritual sea bienvenida en la aulas escolares venezolanas?

Ernesto Marrero Ramírez: Yo no creo que a la juventud no le guste leer, lo que hay que hacer es saberle llegar y atraparlos en ese mundo. Nuestro hábito como país no es de lectores, es cuestión de idiosincrasia y malos hábitos que se han creado a través del tiempo. Pero lo bueno es que las costumbres se pueden cambiar y darle así a la lectura la importancia requerida en las instituciones académicas. También se debe romper con los viejos esquemas de las lecturas obligadas y dejar que el alumno, bajo la orientación del docente, seleccione un libro que le guste leer.

Sobre las enseñanzas que extraigo del contacto con los niños y jóvenes en las aulas, son infinitas. Me han hecho desde obras teatrales, títeres y dibujos. Una vez me cantaron un rap y, para mi sorpresa, recientemente un joven me personificó y habló sobre mi biografía. Además, me asombro siempre de ver el nivel de captación que puede tener un niño de 5º o 6º grado, el cual puede llegar a superar, en ciertos casos, a uno de bachillerato. En sí, he aprendido que no podemos subvalorar al niño por su edad, y pensar que no está apto para interpretar mensajes filosóficos, ya que puede hacerlo muy bien.

Considero que el ser humano siempre está ávido de enseñanzas espirituales, ya que esa es su naturaleza, no importa la edad, lo importante es la forma de hacérsela llegar. Como a veces digo, de esa labor se encargan mis personajes: Min, Gabriel, Rayhan, Tirso, Goliat, la Quimera, el esclavo querido, el señor Gastón, el escultor de flores y muchos más.

Carmelo Urso: ¿Cuáles son tus rutinas al escribir? ¿Prefieres escribir de noche o de día? ¿Eres de lo que necesita aislarse para redactar o el contacto con los demás no silencia tus musas?

Ernesto Marrero Ramírez: Vivimos en una sociedad bastante movida por eso mi rutina se tiene que adaptar a esa realidad. Lo importante es imponerse objetivos macros, es decir, plantearse una fecha tope para culminar un libro y, en ese ínterin, uno se establece los espacios para escribir. Claro, cuando la musa llega hay que abrirle paso, no importa si es en el tráfico, en una reunión, o en la madrugada mientras dormimos. Así como estas diosas del Olimpo vienen para inspirarnos es nuestra obligación atenderlas... A la visita se atiende bien o no viene más.

Carmelo Urso: ¿Qué hábitos o disciplinas espirituales sueles practicar?

Ernesto Marrero Ramírez: Para mi no existe separación entre un hábito de vida o espiritual porque considero que es lo mismo. Yo pienso que la religión es la vida misma. Dios está a todas horas con nosotros, por lo tanto, siempre nos ve y nos escucha. Así que todo momento es bueno para practicar la caridad, el perdón, la colaboración y la oración, porque la vida está hecha para crecer espiritualmente: leyendo, superando conflictos, viendo una película, etc. Siempre hay una lección que aprender, en sí, un momento para encontrarnos a través de la reflexión, tomar conciencia y crecer internamente.

En principio pensé que había que crearse una rutina paralela, principalmente para orar, meditar o reflexionar, pero ahora entiendo que la velocidad del tiempo que transcurre hoy es muy acelerada, parece que Cronos está trabajando horas extras. Debemos tratar de incorporar todo a la unidad y no dispersarnos. Todo es Uno, la separación es ilusoria.

Pudiéramos meditar dentro del tráfico matutino o hacer ejercicios de yoga en el trabajo (los hay muy específicos), hacer ciertos pranayamas antes de dormirnos, etc. Cualquier momento es bueno si existe la buena disposición, además, el proceso reflexivo tiene que hacerse constantemente, ya que es parte de nuestra toma de conciencia.

Carmelo Urso: Recomienda a los lectores de Iberoamérica 5 libros que pueden ayudarles a cambiar sus vidas.

Ernesto Marrero Ramírez: Considero que son muchos lo libros que nos pueden ayudar a cambiar y, claro está, todo depende de la necesidad que cada persona tenga dentro de sí, ya que cada individuo tiene sus necesidades psicológicas, físicas y espirituales.

Pero si pudiera recomendar 3 libros que sería interesante que leyeran, para observar la vida con otra óptica:

El Fedón, de Platón. El libro tibetano de la vida y de la muerte, de Sogyal Rimpoché. La rueda de la vida, de Elisabeth Kübles-Ross.

Pero eso sí, el principal libro que todos tenemos la obligación de leer y repasar diariamente, ya que somos nosotros sus principales protagonistas, es El libro de la vida.

Carmelo Urso: ¿Trabajas como escritor a tiempo completo o alternas tu oficio literario con alguna otra carga profesional?

Ernesto Marrero Ramírez: La mayor parte de mi tiempo lo dedico a la escritura, y al trabajo de impulso que esta profesión amerita, aunque también produzco un micro radial: Un momento de conciencia y poseo una firma de asesoría gerencial.

Carmelo Urso: Cualquier otra cosa que quieres expresarle a los lectores y lectoras de Iberoamérica.

Ernesto Marrero Ramírez: Mi mensaje final es el de siempre: La verdad habita dentro de cada uno de nosotros y si no nos conocemos ¿cómo podemos conocer a los demás?

Busquemos en nuestro interior antes de buscar afuera. Si hiciéramos esto y cada quien se dedicara a regar la semilla que habita dentro de sí, formaríamos el gran bosque del amor. Porque la sociedad está formada por la manifestación de nuestros pensamientos y, por ende, es allí donde hay que llegar para formar los cimientos que permitan construir un mundo unido y próspero.

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