Aviva esa simiente de luz que late en tí

Llevaba meses con la idea de dar inicio a mi espacio digital… ¡pero no sabía cómo hacerlo! (o para ser más precisos, me daba miedo hacerlo: me intimidaban tanto el manejo técnico de la página como la responsabilidad de darle mantenimiento todas las semanas).

Una tarde, a la salida de mi trabajo, me topé con un señor sesentón de platinada cabellera y jovial aspecto corporativo. Trajeado con impecable flux negro, leía atentamente una publicación sobre temas informáticos. En la portada, con chillonas letras doradas, destacaba el titular "DISEÑA TU PROPIO BLOG". Le pregunté al señor dónde la había adquirido. "La acabo de comprar en el quiosco", me dijo.

Un par de minutos después, devoraba yo con avidez el esclarecedor contenido de la revista.

Al día siguiente (4 de abril de 2009), tenía registrado mi propio blog. Sabía insertar textos, imágenes y diseñar el aspecto general del site. ¡Ese intangible pero férreo muro de miedo que me había paralizado durante meses se había disuelto en apenas una tarde! (Así nos pasa con muchas cosas en la Vida: algún bache afectivo o mental nos estanca durante años en una situación intolerable y luego -¡plaf!- en un instante santo, el imaginario obstáculo se desvanece como la nada que es).

Feliz por mis recién adquiridas habilidades informáticas, me comprometí conmigo mismo a publicar un artículo cada lunes.

Con el paso de las semanas, el contenido del blog creció en calidad y complejidad: adicioné trabajos de otros autores; ideé encuestas sobre diversos temas metafísicos; comencé a entrevistar –vía correo electrónico- a importantes líderes espirituales de ambas orillas del Océano (incluyendo Estados Unidos, Inglaterra y Holanda).

La respuesta del público no se hizo esperar: de 14 visitas diarias en abril de 2009, "En Tiempo Presente" pasó a 131 en junio y a casi 270 en septiembre. En cuatro fechas distintas, el sistema estadístico de Wordpress lo ubicó como el blog de mayor crecimiento entre sus usuarios de Latinoamérica. Dentro de poco, llegaremos a las 21 mil visitas. ¡Muchas gracias, afable lector o lectora, por tu amorosa energía!

Esta situación es válida para cualquiera de ustedes: de pronto, una simiente de Luz –un pensamiento que puede transformar tu Realidad- se gesta en tu mente. Durante días, meses, años o décadas, puedes dejar que esa semilla sagrada vegete infértil en el árido páramo de tus dudas, miedos e irresoluciones.

Sin embargo, no importa cuánto tiempo demores en darle asertivo uso: en el instante santo en que decides sembrarla, regarla y hacerla germinar, ¡sus frutos benditos te colmarán con miles de bendiciones!

Y cuando esas mágicas frondas salgan a la Luz, extenderán la vasta y próspera Realidad del Amor… ¡para beneficio de todos los seres que moran en este mundo, tan necesitado de equilibrio, armonía y Paz!