Cómo controlar tus propios gastos

La premisa fundamental para controlar tus propios gastos es llevar a cabo un mecanismo de contralor en forma escrita, de esta manera evitas depender exclusivamente de tu memoria y estableces un equilibrio entre ingresos y salidas de dinero. Es cuestión de dedicar sólo unos minutos al mes, colocando en una columna todos los gastos desagregados (separados de acuerdo a una clasificación) y en las filas superiores el nombre del mes.

La rutina que debes seguir necesariamente es ir guardando todas las facturas de las compras mensuales. Luego sumas y colocas los subtotales en la correspondiente clasificación de gastos que hayas escrito previamente. Por ejemplo, puedes separarlos en gastos de: Alquiler, Servicios, Transporte, Supermercado, Regalos, etc.

El total de gastos, lo debes restar al total de ingresos. Lo ideal es que esa cifra final sea positiva y que corresponda por lo menos a un 10% del total de tus ingresos brutos (los ingresos sin la deducción de los gastos). Si la cifra es negativa, el haber formalizado en un papel o en el ordenador mediante planilla Excel toda la información, te permite ver en donde puedes ajustar tus erogaciones. De esta manera eliminas los gastos superfluos y estableces el orden de prioridades.

Ahí es donde tu relación con el dinero comienza a hablar de ti, ya que es el medio de cambio universal y aceptado en prácticamente todas las sociedades modernas, sin distinción de ideología. El Filósofo Jacob Needleman en su libro ?Dinero y el Significado de Vida? dice que el dinero tiene un profundo impacto emocional en la vida de las personas y lo relaciona con la búsqueda de una vida ideal, siendo además la raíz de todas las frustraciones.

Por tanto, el control de tus gastos y tu dinero de alguna manera es una forma de ejercer el equilibrio en tu vida.