Qué es la actitud ante la vida
Actitud pasiva versus actitud activa ante la realidad
La salud mental está íntimamente relacionada con la actitud ante la vida y en este sentido se pueden plantear dos posiciones: la posición activa frente a la realidad, emparentada a la salud mental y la posición pasiva que suele ser sinónimo de rigidez y enfermedad mental.
Pero ¿a qué me refiero cuando hablo de actitud activa y pasiva? La actitud activa implica un pensarse a sí mismo, problematizar las situaciones y actuar en consonancia a este proceso. Es decir, quien toma una actitud activa ante la realidad, la va a pensar, se va a interrogar sobre ella y luego va a actuar en función de esa reflexión.
Aquel que tiene una posición pasiva ante la realidad es el que toma lo que le toca vivir como algo “dado” o como algo “natural”. Un pensamiento en este sentido podría ser:
- “Dios ha querido que mi vida sea así ...”, o
- “es natural que yo sea de esta forma”.
La salud mental se relaciona con la capacidad que tenga una persona de pensarse y pensar su realidad externa de forma tal de poder transformarse y transformar la realidad mediante la acción.
Aquel que padece un grado menor de salud mental es el que tiene una actitud más pasiva, de “dejar pasar el agua” y esperar a ver qué acontece. La salud mental implica pues, salir a buscar activamente a la vida, problematizar la realidad y actuar en base a ello modificando la vida de uno.
La capacidad de cambios es un signo de salud mental y aquello que tiende a permanecer incambiado es signo de pasividad, rigidez y deterioro de la salud mental.
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