5 Trucos para meditar

Algunos consejos para que la meditación sea más sencilla

Conseguir llegar al estado de meditación, donde la mente está completamente despejada de esos factores externos e internos que la aquejan. no es algo sencillo, ni mucho menos. Pero también es algo que se puede llegar a lograr de la mano de algunos trucos como estos.

No es algo sencillo conseguir acceder al estado de meditación en un mundo tan complicado como en el que se vive día a día. Las presiones, los entornos, el malhumor, la cotidianeidad, la rutina... Todo parece conspirar contra este acto tan pero tan efectivo para que puedas despejarte de todo lo que te aqueja, que te ayuda con esa supuesta inacción a sentirte mucho mejor. De hecho, hasta las últimas noticias dicen que dejar un rato la mente en blanco cada día puede ser buenísimo para cualquiera.

Por eso mismo es tan importante que le dediques unos minutos al día a la meditación. Si recién estás iniciándote en esta práctica, entonces estos 5 trucos o consejos te pueden llegar a venir de maravillas para lograr acceder a tan ansiado nivel de paz y tranquilidad.

Estos son 5 trucos que puedes poner en práctica para meditar:

Construye un entorno en donde puedas alcanzar la meditación. Si no tienes tu lugar, tu espacio, tu horario para meditar a diario, puede volverse más complicado. Elige un sitio donde te sientas bien, pon algunas plantas, prende algún sahumerio, coloca la luz de la manera que más te guste; en cierta forma, crea tu propio "espacio zen". Allí es donde meditarás, de ser posible en un horario más o menos fijo. Tómalo como si fuera una actividad de esas que haces todos los días como comer o lavar tus manos. Pero nunca, jamás, como una obligación.
Afloja tus tensiones. Es fundamental que te puedas bañar o al menos higienizar, ponerte ropa cómoda, quitarte los zapatos, aflojar tus tensiones, relajar tu cuello, cara y mente antes de comenzar con esta práctica. Será muchísimo más fácil que así puedas cumplir tu objetivo meditacional, despojado de esas pequeñeces que te atan al suelo.
Comienza poco a poco. No quieras meditar una hora al día de golpe, sino que lo ideal es comenzar con unos pocos minutos hasta ir sintiéndote cada vez más seguro dentro de esta práctica. Luego saldrá naturalmente de ti y lo podrás hacer con mayor extensión.
Dale un lugar muy importante a la respiración. Respirar bien y, por sobre todas las cosas, concentrarte en lo que pasa con tu respiración, como entra y sale aire de tu cuerpo, es fundamental para poder meditar. Así, focalizando tu mente allí, la despejas de lo que te aqueja y también de lo que te aleja de ti mismo.
Elige un poco de música relajante. Esta es perfecta para crear una sensación de abstracción única. Con sólo dejar que tu mente se transporte tras esos sonidos, la meditación será algo mucho más factible. Es capaz de generar adentro tuyo una motivación por sentirte bien y tranquilo que pocas cosas pueden lograrlo. Simplemente cierra los ojos, escoge la música relajante que más te guste (también pueden ser sonidos de la naturaleza, que van de maravillas) y sólo será cuestión de poner la mente a flotar y meditar.