Los hombres prefieren comprar los productos cosméticos en Internet

Un 60% de los hombres ha comprado un artículo de belleza en Internet en los últimos 12 meses, mientras que únicamente un 28% de las mujeres lo ha hecho...

Ha dado tiempo a que la moda "metrosexual" encuentre su punto álgido e incluso se diluya, sin que los hombres se desprendan de cierta vergüenza a la hora de comprar en público productos cosméticos.

Ciertamente, cada día son más los hombres que dedican tiempo, dinero y esmero al cuidado de su belleza corporal. Si bien es cierto que la moda "metrosexual" ha superado ya la fase inicial, siempre radical y quizás incluso desmesurada, no ha pasado a mejor vida sino, simplemente, ha variado sus planteamientos suavizando ciertos conceptos.

Así, el hombre ideal que preconizan los cánones socialmente predominantes ya no busca potenciar su parte femenina, sino una virilidad que no caiga en el descuido personal. Podríamos hablar del hombre de pelo en pecho, siempre y cuando el pelo esté limpio y sano.

Dicho de otro modo, del "metrosexual" ha quedado el cuidado de la belleza masculina. Sin embargo, los estudios de mercado sobre el consumo de productos cosméticos siguen mostrando cifras que nos hacen pensar que el hombre sigue sintiendo ciertos reparos a la hora de comprar productos cosméticos de forma presencial.

La tecnología ha modificado las necesidades y preferencias del consumidor en este sentido. Así, un 20 por ciento de los hombres realizan sus compras de cosmética por Internet, un porcentaje realmente elevado si lo comparamos con los de años anteriores. Si además tenemos en cuenta que las mujeres que hacen esas mismas compras por Internet llegan tan sólo a representar un 27 por ciento, el resultado cobra mayor significado.

Mientras tanto, el sector publicitario sigue intentando potenciar el segmento masculino del mercado cosmético, y cada día nos resulta menos extraño contemplar spots y carteles publicitarios sobre productos de belleza masculina. Las peluquerías mixtas aumentan en número y en demanda masculina y los hombres cuidan cada vez más su aspecto, dejando atrás al hombre "primitivo" que hacía gala de la rudeza, el sudor y el descuido como iconos de virilidad.