¿Por qué no te callas?: Políticamente correcto, emocionalmente incorrecto

Los hechos demuestran todos los días la importancia de la inteligencia emocional a la hora de triunfar en la vida, y para no generarnos problemas.

Desde la hondonada lanzada por su majestad D. Juan Carlos al dirigente venezolano, Hugo Chavez, en la pasada cumbre latinoamericana, los ríos de tinta sobre la actuación del monarca no han parado de sucederse y es que ¿qué podemos calificar como políticamente correcto y qué lo es, desde el punto de vista emocional?. He ahí la cuestión.

El famoso "¡¿Por qué no te callas?!" del Rey de España ha provocado ríos y ríos de tinta, generado tonos para los móviles, camisetas, cientos de espacios y minutos de televisión, los comentarios de los más prestigiosos políticos, periodistas o prosaicos; lo cierto es que todo el mundo se ha pronunciado sobre el particular.

Pero es que el consabido comentario no deja de alejarse de lo que se entiende por emocionalmente apropiado o conveniente, por muy políticamente correcto que sea. Sobre todo, si pensamos en que se trata de evitar la generación de problemas, como parece que está ocurriendo tras el fatídico comentario, en las relaciones entre España y Venezuela.

Sea como fuere, todo el mundo coincide en señalar que fue una reacción "extraña" (por no calificar de impropia), del monarca español, desde el punto de vista emocional, sobre todo, por la falta de ese autocontrol emocional en dicha situación, máxime si tenemos en cuenta su posición como Jefe del Estado español. Todo ello, porque las consecuencias negativas, de aquel, tan aplaudido acto, suelen ser muy negativas, en este caso para los países a los que representan.

Por todo ello, es necesario resaltar la importancia del autocontrol emocional como fundamento de nuestro éxito o, de nuestro fracaso, en caso de que brille por su ausencia, como es el caso. Es así de simple, el autocontrol nos lleva al éxito y el descontrol al fracaso.

Señalar que por muy reprobable que sea la actitud del líder venezolano (interrupciones constantes a Zapatero), nuestros políticos se caracterizan por actuar con total exactitud a la forma de proceder del líder venezolano, interrumpiendo constantemente al adversario político. ¿Por qué nos rasgamos las vestiduras de esa manera, ahora?. Pensemos que si los parlamentarios son la representación del pueblo español tras estos continuos altercados internos ¿qué pueden pensar de nosotros en el exterior?. De todas formas, conviene tener en cuenta que el respeto a las ideas del otro, a la persona, a la situación, a la firmeza en la defensa y el mantenimiento de las propias convicciones sin despreciar al otro o la capacidad para buscar la negociación, para alcanzar puntos comunes, para encontrar las palabras adecuadas a transmitir, para utilizar el momento adecuado, y por supuesto, para lograr el autocontrol emocional y para ser asertivo, deberían ser las características que deberían tener todos nuestros políticos; desde el más "alto" al más "pequeño" (y no hablamos de estatura).

Y, por último, recordar aquella interesante lección de vida que es "somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que decimos".

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